miércoles, 17 de julio de 2013

La furia de Marte

Chay Rubens formaba parte del equipo de estudio sobre el comportamiento humano en las colonias de Marte, también es el primer sujeto en cometer un crimen en dos planetas. Por esta razón es que se me ha pedido que redacte estas memorias, pues es de suma importancia dejar las cosas claras y observar el comportamiento de los nuevos marcianos si es que queremos colonizar este planeta correctamente.

Rubens, según sus compañeros de trabajo, no era un tipo violento o que se caracterizara por expresar demasiadas emociones, a decir verdad era un tipo robusto y alto que cuando no estaba observando a los colonizadores dentro de sus capsulas habitación, lo podías encontrar en su catre leyendo historias sobre mitología griega. Esposo devoto, se había casado con la chica más linda del vecindario ocho años atrás y a diferencia de los demás  miembros, Rubens se había mostrado muy renuente a traer su familia a Marte, por lo que los muchachos nunca conocieron a Emma.

Por esta razón es que Rubens viajaba cada dos o tres meses a la Tierra, donde se quedaba un mes y luego regresaba a Marte para continuar con su labor de investigación; extraño como parezca, el tiempo dedicado al viaje y a su familia no le restaban calidad a su trabajo, todo lo contrario, lo mantenían enfocado. Así que a Rubens se le dieron responsabilidades extra.

Ya que él era quien iba y venía entre un mundo y el otro, se le otorgó la autoridad necesaria para manejar al equipo, tomar decisiones pertinentes al estudio y reportar avances periódicos a la universidad en la Tierra. El costo de los viajes era pagado por el gobierno, es el mal uso de este dinero lo que más alarma a la comunidad científica pues es con este dinero que Rubens financia sus fechorías, un científico psicópata no es buena publicidad para la universidad ni para el proyecto.

Emma Rubens, a pesar de ser la víctima más afectada de todo este drama, tampoco puede decirse que es completamente inocente pues de alguna manera se buscó lo que le ha pasado; era una tarde de julio cuando ella fue al supermercado, las pantallas de papel digital anunciaban ofertas en productos especiales como suele ocurrir en esos lugares y Emma estaba realmente aburrida, su esposo se había marchado a Marte hacia unos días y el mes pasado que había estado en Tierra no fue precisamente una luna de miel. Todo lo contrario, quizás las personas piensen que la vida de un investigador no es muy atareada y es cierto, pero cuando uno va y viene de Marte con los resultados de la investigación más importante del siglo, es natural que los teléfonos suenen, las agendas se llenen y el tiempo para la familia resulte escaso. Para tal caso,  ese mes fue como si Chay no hubiera vuelto pues casi no lo vio más que en la mañana cuando se tenía que levantar temprano para ir a la universidad y dejar los resultados. Entonces, mientras se lamentaba por el curso que había tomado su vida, su carrito lleno de vegetales y helado chocó contra el carrito de Diego Velázquez.

Así, lo que en un principio fue un desafortunado encuentro cotidiano se tornó en una relación que le ofrecía a Emma toda la pasión y aventura que siempre había esperado, Diego no era frío ni distante como Chay, tampoco era una tormenta de llamadas telefónicas  y aunque no dormían, ella sabía que podía estar con él en cama. Poco a poco la relación se fue tornando cada vez más estable al grado en que Diego consideró al marido de su amante como un fantasma, pues no importaba que el sujeto estuviera en Tierra, Emma siempre encontraba la excusa para irse con Diego a la playa una semana o de paseo a las montañas medio mes.
Chay sospechaba que algo andaba mal en esas ausencias de su esposa, quien en un pasado había sido enérgica en su voluntad al querer verlo y estar con él. Las cosas tampoco habían resultado agradables para el investigador. Se había enlistado en el proyecto pues el dinero que obtuviera al final sería suficiente para no volver a trabajar fuera de la Tierra, pero lo había hecho buscando quedarse como temporal, si se hubiera mudado a Marte, entonces la investigación hubiera sido de tiempo completo y no hubiera podido ocuparse en otra cosa.  Por eso en las primeras discusiones sobre su ausencia siempre le pedía un poco de paciencia a su amada, quien finalmente optó por ser paciente ocupando su tiempo en alguien más.

Una noche, mientras Diego y Emma se refocilaban entre las sábanas, la Tierra era un fulgor azul que se veía a lo lejos, sobre un manto de color negro en la ventana del transporte de Chay que iba de regreso de forma inesperada. Dos semanas después, el investigador aterrizó en la tierra, hizo los procedimientos de rutina para asegurar que la presión terrestre no le hiciera daño, subió a su auto y se dirigió a casa.

Llovía cuando él llegó por lo que Emma y Diego no escucharon su auto, tampoco es como si fueran muy silenciosos al fornicarse. Chay escuchó los berridos de su esposa desde la entrada, subió rápidamente a la alcoba y al abrir la puerta, vio a su amada con un hombre extraño encima. Nadie sabe cuál fue la reacción emocional que recorrió las entrañas del investigador, pero estamos seguros de que ellos siguieron fornicando salvajemente mientras él los miraba y luego de un rato se marchó. Por testimonios de Diego, supimos que el aquelarre se detuvo cuando Emma notó que la puerta estaba abierta, ella se asustó pues fue ella quien la había cerrado, Diego insistió en que el aire la había abierto, pero cuando encontraron la puerta de la entrada abierta con huellas por toda la sala supieron que alguien los había visto.

Chay no apareció en dos semanas, Emma estaba preocupada, no estaba segura de que su marido fuera quien los había descubierto, pero de serlo, nada volvería a ser igual para ella y la mujer temía por su comodidad. Diego por otra parte, durante ese tiempo decidió ausentarse por el bien de la chica y por su propia seguridad, como amante profesional ya sabía que en cualquier momento el marido aparecería para pedir explicaciones de una manera en la que la ira apretaba los puños de los hombres e indudablemente los provocaba a querer golpearlo.

Dos semanas después  Diego estaba casando hospedaje en un bar, sentado en la barra admirando a la mujer que con hombre o sin él le fuera a dar entrada en su hogar para pasar la noche tibio y seco. Entonces entro Chay, Diego no sabía como era por lo cual no lo pudo identificar pero Chay si que lo conocía, había pasado dos semanas conociéndolo desde lejos, así que cuando se acercó lo hizo de la manera en que era más sencilla, le invitó un trago.  Lo siguiente que Diego supo es que estaba colgado de cabeza en algún cuarto oscuro, recordaba a un sujeto que le había invitado unos cuantos tragos, después de eso unos besos difusos con una mujer de pechos grandes y luego un sujeto que lo arrastraba por el suelo hacia un lugar que no alcanzó a reconocer.

- Una probada de tu propio veneno, imbécil- dijo una voz que emergió de entre la oscuridad, Diego no supo qué hacer por lo que empezó a preguntar quién era y de que trataba esa broma –No es una broma tarado, es el fin del camino para ti, cucaracha mal nacida- le respondió la voz. Por el tono, Diego entendió que quien fuera el que hablaba, era un sujeto que tenía un problema con él por alguna mujer con la cual se había acostado –Lo siento amigo, pero eres hombre, debes entender, uno va por la calle y ve una chica con un trasero enorme y lo único que se te ocurre es tirártela. Comprende amigo, yo no tengo la fuerza para controlarme como tú, mira, que te parece si me bajas y te consigo a la mujer que tú quieras, la que sea…- Diego seguía hablando tratando de ganar tiempo pero una tabla de madera le pego en la boca – ¡Cállate porquería! No todos pensamos con la entrepierna.  Entonces fue cuando Diego comprendió que no saldría de esta sin sangrar aunque fuera un poco; lo que nos dijo poco antes de morir seguramente fue poco en comparación con lo que le sucedió al sujeto en ese cuarto oscuro, pues encontramos quemaduras provocadas con ácido en sus genitales y sus pulmones estaban altamente dañados por la corrosión de algún gas que lo obligaron a inhalar.

Lo que nos relató el tipo fue que recordaba estar atado a una mesa de operaciones con una luz cegadora sobre de él y a un hombre con un trío de navajas en la mano, que pronto el sujeto le enterró las navajas en la piel y poco a poco le fue quitando la piel en tiras que depositaba en un recipiente. A Diego lo encontramos sin párpados, labios o piel, inconsciente y colgado de cabeza sobre la cama de Emma Rubens.

Sin embargo, pobre chica, si lo que le sucedió a Diego fue horrible, lo que Chay le hizo a Emma fue algo aún peor, ahora la chica vive con la mente destrozada, histérica, siempre mirando al techo por si encuentra un cuerpo desollado y huir. No duerme, no come, se mutila, cualquier intento por ayudarla resulta perjudicial para todos por lo que no se le estima mucho tiempo de vida, si sobrevive uno o dos días más, será un milagro.

Emma despertó esa mañana porque sintió un líquido empapando su cama y descubrió que era sangre, también descubrió tiras de piel acomodadas sobre ella  en forma de una cobija, y una carta que decía “Que duermas bien querida mía, cobijada por la piel de ese a quien tanto te gusta tener encima.”  Entonces comprendió perfectamente que Chay los había visto y que la piel provenía de Diego, a quien después vio colgado del techo y de cabeza, con los músculos de fuera y los genitales corroídos. Inmediatamente llamó a la policía, si Chay había sido capaz de eso, sabía que lo que le esperaba a ella era mucho peor, estaba en lo correcto.

La policía llegó a la escena del crimen pero no había rastros de Emma por ninguna parte, nada excepto una botella rota y un poco de sangre, misma que después identificamos como la sangre de Chay, pensamos que en algún momento entre la llamada y el arribo de los oficiales, Chay intentó llevarse a Emma y ella puso resistencia. Sin embargo, nada que hiciera ella pudo detener a su marido de torturarla al grado de volverla loca.

Tres meses después de la desaparición de Emma Rubens, la encontramos escondida en una granja a dos estados de distancia de la ciudad, un granjero aterrado llamó a la comisaría más cercana y reporto a una criatura extraña que lo había mordido, parecía humano dijo. Cuando la encontramos no tenía ni párpados  ni labios, tenía la caja torácica completamente expuesta y se podía ver como palpitaba su corazón.  Ella nos pidió que le regresáramos al cuarto, que él ya no estaba pero que el cuarto seguía ahí, nosotros preguntamos por el cuarto y ella nos llevó hasta el lugar.

Era una casa común que había sido rentada por anticipo, de acuerdo a la información obtenida, el inquilino tenía cubierta la renta de dos meses más, al no saber del inquilino, entramos. Adentro no había gran cosa a excepción de un reproductor de hologramas y varias memorias para reproducirse. Vimos todo el contenido de las memorias, cosa de la que me arrepiento porque fue aterrador, muchos de los que están involucrados no pudieron seguir con su carrera, algunos cometieron suicidio y yo… yo no he podido dormir bien en dos meses. Los hologramas muestran de manera progresiva como Chay Rubens tortura a su esposa; la encerró en un cuarto que adaptó especialmente para que no entrara ni luz ni sonido, tampoco podía salir sonido a menos que fuera por la pequeña bocina que estaba instalada en la pared. El señor Rubens la encerró y le expuso a un gas que impide que cualquiera que lo inhale pueda dormir, el compuesto ya es estudiado pero aún no se tiene respuesta de cómo funciona la droga ni de qué esta hecha.

Sin dormir y sin comer, se puede ver como Emma Rubens le implora que la deje salir o que le de algo de comida, el señor Rubens únicamente deja que entre el aroma a comida por las rendijas, propiciando el apetito de Emma y torturándola con los sonidos que él hace al comer frente a un micrófono. Eventualmente ella le dice que hará lo que sea, él le dice que ya no hay nada, que lo único que quería era que fuera paciente y fiel, pero ella no pudo mantener las piernas cerradas, ahora estaba viviendo la venganza de un hombre despechado. Emma Rubens dejó de pedir comida al mes de encierro  y a partir de ese momento Chay sólo le dejaría una porción de comida cada que se acordaba, había grabaciones de días enteros en los que el señor Rubens no se acercaba a la habitación, nadie sabe que hacía en esos instantes pero muchos sospechan que encubría la desaparición de ambos con las pistas falsas que llegaron hasta nosotros y se reportaba enfermo para dilatar su regreso a Marte.

Una tarde retiró el gas del sueño, la señora Rubens ya estaba loca, pedía a gritos que le pusieran el gas pues no quería dormir, no quería soñar con el cadáver de Diego Velázquez, Chay Rubens le gritó que lo sentía, que ya no había gas –Sueña con tu amante, querida… sueña que él te salva pues está muerto. A un lado de las grabaciones había varios planes, todos incluían el gas del sueño y la habitación especial, pero en unos se planteaba la posibilidad de darle de comer el cadáver de Diego Velázquez a Emma, sin embargo se cree que no se llevó a cabo esto pues el cadáver y Emma eran demasiado para transportar y el señor Rubens no tuvo tiempo de empacar a los dos antes de que la policía llegara.

Finalmente tras tres meses de encierro sin dormir, Chay Rubens abre la puerta y Emma grita que cierre, que apague la luz y que la deje en paz. Rubens le contesta que no –Eso es lo que debiste decirle al señor Velázquez cuando te sedujo, ¡puta!- y luego se marchó, nadie sabe a dónde. Después de eso ya no aparece más el señor Rubens, y no hay ruido o movimiento hasta tres días después cuando una mano huesuda y ensangrentada emerge del marco, luego otra mano y finalmente una cabeza calva con mechones de pelo, es la criatura, los jirones de lo que alguna vez fue Emma Rubens, sin párpados y labios, con el torso desnudo, ella, loca ante la luz se comienza a golpear contra la pared, se arranca los cabellos con violencia y se inflige heridas a si misma hasta que se arranca la piel del pecho mientras grita –¡¡¡Esta sobre mi, esta sobre de mi toda la piel, TODA, quítenmela, quítenme toda la piel!!!- y luego, al ver su piel en sus manos  se la come para esconderla de su vista. Así grita y llora durante tres horas como si fuera un alma recién salida del averno, luego se levanta y se va… no hay más grabaciones salvo una en la que el señor Rubens regresa, desmonta la cámara y dice –Emma Rubens ya se ha marchado, dejo estas grabaciones para demostrar que efectos tiene el gas que emana de los geiseres en Marte, las sociedades humanas en tal planeta son posibles, yo presento mi renuncia al programa de investigación marciano, no tengo nada que hacer salvo ofrecer disculpas por la muerte de dos colonizadores, dichas muertes han servido para suspender el programa unos meses y darme tiempo de concluir mi venganza, lo siento… creo.

Eventualmente dimos con pistas sobre el paradero del señor Rubens, creemos que ha enloquecido, que ahora es un asesino serial bajo el pseudónimo de Ares, hasta ahora lleva diez homicidios, en todos los casos hay indicios de tortura de algún tipo, parece como si eligiera a sus objetivos después de una detenida observación, luego planeara un infierno personal para esa persona y cuando la lleva al límite la deja morir, siempre hombres que seducen mujeres ajenas o personas que cometen adulterio.


Es demasiado escurridizo para nosotros, por lo que creemos que es momento que autoridades más competentes se involucren en este caso, por eso le pido a la dirección de esta agencia que tome la aprensión de este sujeto en sus manos, es altamente nocivo para la sociedad, es peligroso, no es violento pero si muy calculador; no sabemos cómo pero se adelanta a nuestras estrategias, por lo que a nosotros respecta todo este equipo de investigación se retira, somos muy pocos los que quedamos vivos, creo que sin quererlo, también nos hemos vuelto sus víctimas… cual sea el caso, es suyo, yo…. yo ya no puedo vivir siguiendo a este tipo, y por eso, mejor termino aquí; escuchando los berridos de Emma Rubens en la celda de a lado.